El pardillo común (Carduelis cannabina) es una pequeña especie de ave paseriforme de la familia de los fringílidos (Fringillidae). El ave procrea en Europa, oeste de Asia, norte de África. Es parcialmente residente, pero muchos pájaros del este y del norte migran más al sur o se mudan a las costas. Tierras abiertas con densos matorrales favorecen la cría. Construye sus nidos en una mata, poniendo 4 a 7 huevos. Puede volar en grandes bandadas fuera de la estación de procreación, a veces mezclada con otros fringílidos, tales como el pardillo piquigualdo (Carduelis flavirostris), en costas y ciénagas salinas. Se alimenta de semillas. Es un pájaro delgado con una cola larga. Las partes externas son pardas, el cogote es algo blancuzco y el pico es gris. El macho en verano tiene la nuca gris, parches rojos en cabeza y pecho rojo. Las hembras y los jóvenes no tienen el rojo y debajo tienen blanco, con el pecho muy lustroso. El canto tiene trinos rápidos y píos. A veces suele encontrárselos centenares de millas dentro del mar. Su nombre científico hace referencia su afición a las semillas de cáñamo.
El pardillo común está en la Lista roja IUCN Redlisted en riesgo, en listada en el Reino Unido Biodiversity Action Plan como de prioridad. Las poblaciones británicas declinan, atribuido al incremento del uso de herbicidas, para abatir matorrales agresivos. La hembra construye un nido de hierba y musgo forrado con pelo y lana, normalmente cerca del suelo en un arbusto; pone, de abril a julio, de 4 a 6 huevos azules claro con manchas rojo púrpura; incubación, unos 11 días, principalmente por la hembra; los pollos, alimentados por ambos padres, vuelan a los 12 días; sobreviven dos crías, a veces tres.
El Pardillo Común es habitual en campo abierto, laderas de monte bajo, tojares sobre todo, terrenos que han sido cultivados y están abandonados o en reposo estacional, plantaciones y viveros de árboles, eriales, zonas de rala vegetación a alto nivel con arbustos dispersos, montañas, etc. Normalmente rehuye el arbolado denso y muy rara vez se le puede observar cerca de sotobosques, pinares, árboles caducifolios, etc. . Sin embargo, en campiña abierta utiliza con frecuencia árboles dispersos o secos como posadero, y a ellos pueden tener extraordinaria querencia los bandos y grupos de parejas que crían en la zona.
Al volar, el Pardillo Común lanza una nota muy característica e inconfundible, que tiene quizá un sonido metálico: ¡quit-quit-quit...! Al posarse y notar peligro para su nido emite un lastimero ¡tsuiit! El canto es uno de los más ricos en notas y agradables que un pájaro nos puede deparar. Su musicalidad es tan grande que las notas aflautadas, combinadas con otras que parecen más bien interpretadas con un instrumento de cuerda, no pueden ser aquí descritas, ni siquiera en forma aproximada. Normalmente canta bien al descubierto, con preferencia sobre la rama alta de un arbusto no muy crecido, pero también lo hace en una lateral. Varios machos pueden formar un coro cerca de la colonia o bien al final del invierno.
Esta especie es abundante en Europa a todos los niveles, desde playas y dunas costeras hasta el límite de la vegetación a alturas que superan los 2.500 metros. Falta en la mitad septentrional de Escandinavia y en Islandia. En la Península Ibérica abunda en todas las regiones y superada una baja densidad, cuyas causas no se conocen, es ahora uno de los pájaros más comunes en todo el norte ibérico. En Europa, Vaurie (1959) admite una variación clinal en la coloración del plumaje y en el tamaño que va desde el Norte al Sur. Las variaciones son muy ligeras y no muy constantes. Los pardillos del área mediterránea son de tamaño menor y ligeramente más pálidos. A la vez hay considerable variación individual dentro de la población ibérica en la superficie ocupada por el color rojo de la cabeza y el pecho de los machos.